martes, 29 de diciembre de 2009

Análisis de los enfoques de las Dificultades de Aprendizaje (DA)

A continuación se analizan los enfoques de las Dificultades de Aprendizaje (DA) siguiendo al autor Salvador Mata (1999), que se concentran en 4 enfoques principalmente y son:

1. Enfoque médico-biológico.
2. Enfoque psicológico.
3. Enfoque socio-cultural.
4. Enfoque integrador.

1. ENFOQUE MÉDICO-BIOLÓGICO.

Dentro de esta perspectiva podemos encontrar numerosas teorías que atribuyen las DA de tipo neurológico, fisiológico, genético, retraso madurativo o por los contextos. También se denominan factores neuropsicológicos a la unión de dos factores, los biológicos y los psicológicos (denominada esta ciencia como Neuropsicología).
Todas estas teorías han intentado establecer una base empírica, y son la base de una teoría nueva pluridimensional.

Este enfoque médico-biológico tiene su hipótesis central en dos estudios, el genético (que dice que las DA son hereditarias, 1992) y sobre el cerebro (que se basa en la relación existente entre el funcionamiento neuropsicológico y la conducta).

Si trasladamos la idea de este enfoque al día a día de la escuela, podemos ver que ésta, como institución, trata de mejorar al alumno de Educación Especial llevando a crear un sistema escolar segregado, no inclusivo.

2. ENFOQUE PSICOLÓGICO.

Las dos teorías en las que se basa este enfoque, según el autor, son dos principalmente:

- Teoría de aprendizaje (explica el éxito o fracaso de los alumnos en el aprendizaje).
- Teoría psicológica (explica los problemas psíquicos de los alumnos, por lo que se hace necesario un enfoque holístico).

Dentro de esta perspectiva se puede extraer que algunos de los factores más importantes de las DA son los relacionados con los problemas en las capacidades básicas, como son la memoria, percepción, discriminación visual y auditiva, entre otras.

Igualmente se pueden encontrar diferentes subenfoques, como son el conductual y el cognitivo, por ejemplo el enfoque conductual explica las DA como ausencia o insuficiencia de refuerzos y repetición e inadecuación del contexto.

Como conclusión de este enfoque se puede aportar que son algunas las desventajas que presenta, por lo que no se puede adoptar como un enfoque que explique las DA. Algunas de estas desventajas o inconvenientes más importantes son que la investigación de habilidades del alumno se realiza de una forma aislada y que no proporciona así un marco conceptual de las DA.

3. ENFOQUE SOCIO-CULTURAL.

Según este enfoque las DA no son intrínsecas al sujeto, sino que juega un papel fundamental el contexto social en el que éste se desenvuelve.

Algunas de las características más importantes que se extraen del mismo son:

- Se puede en él el enfoque pedagógico, aunque se puede tomar como un enfoque autónomo, aislado.
- Juega un papel principal la deprivación socio-cultural, el déficit cognitivo que se interpreta como déficit en la interacción social del sujeto.
- Concurren otros enfoques para comprender las DA como son el socio-cognitivo, socio-político y pedagógico.

El enfoque socio-cognitivo se basa en la interacción del sujeto aprendiz y el objeto de aprendizaje y las DA surgen como procesos de interacción social y de interiorización.
En el enfoque socio-político se explican las DA por interacción de diferentes intereses políticos y económicos.
En el pedagógico se produce una interacción inadecuada entre profesor-alumno, y se caracteriza por un estilo de enseñanza responsable.



4. ENFOQUE INTEGRADOR.

Esta perspectiva pone en juego varios componentes necesarios para que se de el aprendizaje en el alumno como son el contexto, la persona y la interacción de ambos.
Este enfoque pretende integrar todos los modelos descritos anteriormente para poder explicar las DA, como se refleja en el siguiente esquema.



Dentro de esta teoría “interactiva” (Coles, 1987), el concepto de DA se puede situar en varios contextos:

- Papel de la familia en procesos cognitivos del niño.
- Contexto social a través de la familia.
- Papel de la escuela en las DA.
- Conexión entre escuela y familia, apareciendo en este ámbito el concepto de Educación Especial.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Descripción de un caso práctico y los enfoques sobre Educación Especial

El caso que expongo se trata de un alumno, Alberto, de 10 años diagnosticado de Síndrome de Asperger (SA).

Antes de comenzar me gustaría exponer brevemente qué es el “Síndrome de Asperger”, es decir, algunas de sus características más importantes. Esta patología se encuadra dentro de los trastornos generalizados del desarrollo. Se trata de un trastorno profundo del desarrollo cerebral caracterizado por deficiencias en la interacción social y coordinación motora, y por inusuales y restrictivos patrones de interés y conducta. Un niño que padece Asperger tiene un aspecto externo normal, suele ser inteligente y no tiene retraso en la adquisición del habla. Sin embargo, presenta problemas para relacionarse con los demás. La capacidad intelectual de estos niños es normal y su lenguaje solo se ve alterado cuando es usado con fines comunicativos.

Adentrándome ya con la relación de este caso práctico y los distintos enfoques, comienzo primeramente con el ENFOQUE FUNCIONALISTA. El SA en este campo se define como un trastorno concreto, desembocando en un fracaso escolar del alumnado que lo padezca. El alumno será diagnosticado con precisión a través de una evaluación individual. En la actuación/intervención en este caso es característica la utilización de instrumentos adecuados para el trabajo con este tipo de alumnado. En este caso es importante destacar que con estas patologías (al igual que con el autismo, por ejemplo) se usan usualmente las agendas simbólicas, los pictogramas, con tableros de comunicación, etc.

¿Cómo se entiende el SA en el ENFOQUE INTERPRETATIVO? Pues bien, en este la patología como tal está ligada estrechamente al contexto próximo en el que se encuentra el alumno, es decir, contexto escolar (relación con profesores y compañeros), familiar (padres, hermanos, otros) y social (vecinos, amigos). La evaluación de este alumno con SA informa de que se trata de un caso en el que “no hay intención comunicativa, graves problemas de socialización y algunos problemas de conducta”. En el caso de la intervención, para ella, primeramente se llevará a cabo un análisis del profesional para ver si debe formarse o no a la hora de actuar con Alberto, así pues, los métodos usados para esta actuación será la observación, mediante diálogos.

En el caso del ENFOQUE ESTRUCTURALISTA, el SA se enmarca dentro de un grupo minoritario, débil, siendo esta una de las características más importantes de este enfoque, es decir, la lucha de los grupos por el estatus social (Skrtic, 1995). Al tratarse de un alumno diferente a los demás, se hace una segregación, esto es, se separa del alumno que se considera “normal”, de sus compañeros (en el caso del contexto escolar). La tarea de los profesionales que actúan con este alumno tratan de formarlo para valerse por si mismo y no ser así una carga para el estado. Es importante destacar también que son escasos los recursos que se emplean para intervenir con este caso.

Y por último, profundizando en el ENFOQUE HUMANISTA, el SA se ve como un trastorno que en el contexto escolar puede desembocar como un fracaso por la mala organización del alumno en el centro y dentro de su aula de referencia. En este caso, la evaluación de Alberto se llevaría a cabo en dos ámbitos, dentro y fuera del aula, y en diferentes contextos. Su actuación igualmente será dentro y fuera, evitando la segregación del alumno (caso opuesto como se puede apreciar en el enfoque anteriormente descrito). En lo que respecta a los métodos empleados es importante destacar que se proporcionan todos los medios o recursos al alumno para que pueda tener una escolarización lo más normalizada posible.

Una vez expuestos todos y cada uno de los enfoques sobre la Educación Especial, en el caso de Alberto, me decanto claramente por el enfoque humanista, ya que trata al alumno desde dos perspectivas claramente definitorias. Una de ellas es en el ámbito educativo, atribuyendo una buena organización del centro evitando la segregación del alumno (apostando claramente por la inclusión escolar), y la otra de ellas es en el ámbito social, es decir, la actuación del alumno con su entorno próximo como es la familia, amigos, vecinos, etc.
Por otra parte, este enfoque es el más acertado ya que entre las características más importantes se encuentra la estrecha colaboración de los profesionales que atienden a este tipo de alumnado para poder actuar de la manera más eficaz. Todo ello favorecerá su escolarización en un contexto de colaboración con compañeros de aula, docentes, aportación de recursos, materiales necesarios, y así conseguir una vida lo más normalizada posible.

Seminario de Juan de Dios Fernández Gálvez

A la hora de llevar a cabo la orientación en un colegio hay que tener en cuenta primeramente aquellos alumnos que están dentro de lo que la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE) denomina como alumnos con Necesidad Específica de Apoyo Educativa (NEAE). Dentro de éstos encontramos cinco grandes grupos, que son:

- Alumnos con dificultades de aprendizaje.
- Alumnos con dificultades de aprendizaje por déficit social.
- Alumnos de incorporación tardía al sistema educativo.
- Alumnos con Necesidades Educativas Especiales (NEE).
- Alumnos con altas capacidades intelectuales.


Una vez conocidos en profundidad las patologías, dificultades o trastornos que puedan tener nuestros alumnos, como orientadores hemos de conocer aquellos recursos para poder atender eficazmente a estos alumnos de atención a la diversidad. Para ello se ponen en juego un elenco de profesionales como son los siguientes:

1. El profesorado ordinario.
2. Profesorado ordinario de refuerzo (que estará dentro y fuera del aula)
3. Profesorado ordinario de apoyo.
4. Profesorado de compensación educativa.
5. Y el profesorado de Pedagogía Terapéutica o Educación Especial.

Todos estos profesionales se deberán de coordinar para poder intervenir lo más rápidamente con el alumnado en diversidad, para que puedan alcanzar a los objetivos que los compañeros de su clase, es decir, proporcionarle una escolarización lo más normalizada posible. Así pues, el orientador del centro deberá de guiar la intervención a este alumnado, que se podrá realizar desde las perspectivas que a continuación se mencionan (siempre teniendo en cuenta la patología del alumnado, así como sus características personales).

- Desde el currículo ordinario, llevada a cabo con el mismo profesor del aula ordinaria.
- Desde el currículo básico, por el mismo profesor o por el de refuerzo fuera del aula.
- Técnicas – Instrumentos, por ejemplo, para poder llegar al currículo básico se necesitará reforzar la lectura y comprensión.
- Destrezas básicas, como son la discriminación visual, auditiva, orientación espacio-temporal, etc.).
- Destrezas cognitivas, como el razonamiento, estrategias cognitivas, entre otras.
- Currículo adaptado, en el que se incluyen a los niños con discapacidad.

Como orientadores del centro, primero se lleva a cabo la valoración del niño, por lo que su diagnóstico tiene que estar contextualizado, es decir, “este alumno tiene problemas en este colegio, en esta clase y con este profesor”.
Una vez evaluado correctamente por todos los profesionales que interactúan con él, la intervención del orientador se centrará en aspectos organizativos del centro y del currículo, llevando un seguimiento de esto, y con la colaboración de todos los profesionales, así como miembros del centro como puede ser la jefatura de estudios, la asesoría técnica, es decir, la comunidad educativa en general.

Como hemos podido ver a lo largo de esta charla, extrayendo las ideas más importantes de esta, me doy cuenta cómo para llevar a cabo la orientación en un centro educativo se han de conjugar muchos factores que sin ellos será imposible hacer un trabajo fructuoso con estos alumnos.

Para finalizar, decir que la orientación es un trabajo duro que requiere mucho esfuerzo y sacrificio, pero, eso sí, no tanto como la satisfacción que se produce al realizarlo y después del mismo.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Mapa conceptual de la legislación de Educación Especial

El concepto de opresión y el desarrollo de una teoría social de la discapacidad

El término de “discapacidad” ha sufrido a lo largo de los años grandes avatares. Haciendo un recorrido histórico sobre la concepción de este término podemos apreciar cómo ha evolucionado, desde los siglos XV y XVI aproximadamente, dónde se consideraba a estas personas como enfermos mentales y se internaban en centros exclusivos (apartándolos de la sociedad), hasta mediados del siglo XX donde se comienza a hablar de DISCAPACIDAD.


Es en esta época en la que se usa el término “opresión” vinculado a la discapacidad. Haciendo una comparativa entre estos conceptos podemos llegar a descubrir la similitud que existe entre la opresión racial y sexual con la incapacidad que sufren ciertos personas, ya que ambos grupos son minoritarios en la sociedad y por ello sometidos a multitud de vejaciones, aberraciones, violaciones, etc.

Otro aspecto a destacar es el papel que ha jugado la medicina, la tendencia general en este ámbito es que considera las incapacidades como un desgaste del cuerpo humano asociado a las ocupaciones laborales que influyen como causas secundarias.

Y por último destacar que desde el punto de vista de los estereotipos humanos, siempre se ha tenido una imagen de la persona discapacitada como aquella que se encuentra en una silla de ruedas, o por ejemplo carece de algún miembro, etc., aspecto que no puede considerarse como tal, ya que el campo de la discapacidad alberga una gran cantidad de dificultades y patologías actualmente conocidas como pueden ser la discapacidad auditiva (hipoacusia de transmisión), trastornos del desarrollo motor, miopatías, etc.