sábado, 26 de diciembre de 2009

Seminario de Juan de Dios Fernández Gálvez

A la hora de llevar a cabo la orientación en un colegio hay que tener en cuenta primeramente aquellos alumnos que están dentro de lo que la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE) denomina como alumnos con Necesidad Específica de Apoyo Educativa (NEAE). Dentro de éstos encontramos cinco grandes grupos, que son:

- Alumnos con dificultades de aprendizaje.
- Alumnos con dificultades de aprendizaje por déficit social.
- Alumnos de incorporación tardía al sistema educativo.
- Alumnos con Necesidades Educativas Especiales (NEE).
- Alumnos con altas capacidades intelectuales.


Una vez conocidos en profundidad las patologías, dificultades o trastornos que puedan tener nuestros alumnos, como orientadores hemos de conocer aquellos recursos para poder atender eficazmente a estos alumnos de atención a la diversidad. Para ello se ponen en juego un elenco de profesionales como son los siguientes:

1. El profesorado ordinario.
2. Profesorado ordinario de refuerzo (que estará dentro y fuera del aula)
3. Profesorado ordinario de apoyo.
4. Profesorado de compensación educativa.
5. Y el profesorado de Pedagogía Terapéutica o Educación Especial.

Todos estos profesionales se deberán de coordinar para poder intervenir lo más rápidamente con el alumnado en diversidad, para que puedan alcanzar a los objetivos que los compañeros de su clase, es decir, proporcionarle una escolarización lo más normalizada posible. Así pues, el orientador del centro deberá de guiar la intervención a este alumnado, que se podrá realizar desde las perspectivas que a continuación se mencionan (siempre teniendo en cuenta la patología del alumnado, así como sus características personales).

- Desde el currículo ordinario, llevada a cabo con el mismo profesor del aula ordinaria.
- Desde el currículo básico, por el mismo profesor o por el de refuerzo fuera del aula.
- Técnicas – Instrumentos, por ejemplo, para poder llegar al currículo básico se necesitará reforzar la lectura y comprensión.
- Destrezas básicas, como son la discriminación visual, auditiva, orientación espacio-temporal, etc.).
- Destrezas cognitivas, como el razonamiento, estrategias cognitivas, entre otras.
- Currículo adaptado, en el que se incluyen a los niños con discapacidad.

Como orientadores del centro, primero se lleva a cabo la valoración del niño, por lo que su diagnóstico tiene que estar contextualizado, es decir, “este alumno tiene problemas en este colegio, en esta clase y con este profesor”.
Una vez evaluado correctamente por todos los profesionales que interactúan con él, la intervención del orientador se centrará en aspectos organizativos del centro y del currículo, llevando un seguimiento de esto, y con la colaboración de todos los profesionales, así como miembros del centro como puede ser la jefatura de estudios, la asesoría técnica, es decir, la comunidad educativa en general.

Como hemos podido ver a lo largo de esta charla, extrayendo las ideas más importantes de esta, me doy cuenta cómo para llevar a cabo la orientación en un centro educativo se han de conjugar muchos factores que sin ellos será imposible hacer un trabajo fructuoso con estos alumnos.

Para finalizar, decir que la orientación es un trabajo duro que requiere mucho esfuerzo y sacrificio, pero, eso sí, no tanto como la satisfacción que se produce al realizarlo y después del mismo.

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